La selección de Brasil, luego de diez horas de vuelo desde Johannesburgo, arribó a Río de Janeiro esta madrugada. El 'Scratch' fue recibida en el aeropuerto Galeo por unos cien enardecidos fanáticos.
Apenas apareció Felipe Melo, al que muchos periodistas quisieron robarle una declaración, fue atacado con insultos por parte de los hinchas e incluso estuvieron apunto de agredirlo cuando subió a la camioneta donde lo esperaba su padre. Al volante de la Juventus lo llamaban ‘desgraciado’ y por poco casi le rompen las lunas del carro que lo transportaba.
Mientras que el portero Julio Cesar fue el único que recibió el respaldo de la gente. El jugador del Inter de Milán, al encontrarse con su madre rompió en llanto.
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